Título: Tatiana y Alexander
Título original: Tatiana and Alexander / The bridge to Holy Cross
Saga: El jinete de bronce 2/3
Autora: Paullina Simons
Editorial: Debolsillo
Páginas: 631
Precio: 10,95€
Empecé hace unos días a leer El jinete de bronce y no tenía ni idea de lo maravillosa que era la historia que escondían sus páginas, de la manera de escribir de la autora que hace que sintamos lo mismo que sus personajes, ya sean sensaciones físicas como el frío y el hambre, o emociones como el amor, la soledad o el vacío. El jinete de bronce me llevó a la URSS de la Segunda Guerra Mundial, me llevó a las frías calles de Leningrado, sufrí junto a Tatiana y junto a Alexander, maldije una y mil veces a Dimitri, me cansé de Dasha, me decepcioné con el padre y con los abuelos de Tatiana... vamos, que el libro consiguió meterme en la historia de lleno, como si lo estuviera viviendo. Tuvo un final muy abierto (Maldito Dimitri T.T) que me hizo coger el segundo inmediatamente. Escribo esto cuando no hace ni 12 horas que lo acabé y aún tengo todos los sentimientos a flor de piel.
Sinopsis (Propia, sin spoilers): Tatiana ha llegado a Nueva York sola y embarazada. El recuerdo de su difunto marido es lo único que la empuja a seguir adelante, además del bebé. Debe primero solucionar su situación, ya que pasa a ser una refugiada y más tarde una inmigrante. Sin embargo, no termina de creerse que Alexander esté muerto; en el fondo ella sabe que no puede estarlo. Mientras tanto, Alexander, en la URSS, es encerrado, torturado, degradado y solo lo mantiene vivo el recuerdo de su mujer y su deseo de que ella y el bebé estén a salvo. Sin embargo, hay cosas peores que la muerte.
Reseña: Como os iba diciendo, la autora tiene un don especial para transportarte y hacerte vivir lo que viven los protagonistas. De ese modo, podemos ver a Tatiana llegar a Nueva York, dar a luz a su hijo, e intentar abrirse camino allí. Necesita algo que la mantenga entretenida y que no le haga pensar en todo lo que ha dejado en la Unión Soviética. El bebé le ayudará, pero también le ayudará convertirse en enfermera en Nueva York y atender a los heridos que van llegando, de diferentes bandos y países. Aún así, no puede quitarse de la cabeza (ni del corazón) a su marido Alexander. Aunque tiene el certificado de defunción, ella sabe que algo no encaja en todo eso. ¿Qué hace la medalla al héroe de la Unión Soviética en la mochila de Tatiana? ¿Qué rayos significa Orbeli, la palabra que Alexander le dijo cuando se vieron por última vez? Tatiana va al Consulado, a la Embajada, remueve todo lo que puede y más, pero quiere llegar hasta el fondo de este asunto. Mientras tanto, Alexander... Gracias a su "amigo" Dimitri, primero está en una oscura y fría celda, sin ropa que le abrigue, a punto de congelarse. Quieren que confiese que es un espía estadounidense, lo cual Alexander no va a confesar, primero porque es mentira, y segundo porque sabe bien lo que le esperaría si lo hiciera. Alexander aguanta el frío, el hambre, los golpes, el sueño, las penurias a las que le someten, confiando en que acabarán por declararlo inocente. Pero si hay una palabra que defina a la KGB es insistente, y, aunque es degradado y mandado a un batallón disciplinario junto a otros presos, no se va a dejar matar por los alemanes. Junto a él está Ouspenki, el enfermo con un solo pulmón que estaba en el hospital junto a él en el primer libro. En el batallón disciplinario va a sufrir muchas penurias y va a ver morir a cientos de hombres. Los meses pasan, los años pasan. Alexander solo tiene algo que le mantenga vivo, y es Tatiana. Cree que cuando la guerra acabe, podrá reunirse con ella. Pero la URSS tiene otros planes para él, desgraciadamente.
Alexander, como buen estadounidense, es un ferviente creyente, y cree que si Dios le ha puesto ahí, será por algo, como también cree que tiene algún motivo que de repente vuelva a a aparecer cierto personaje en su vida, personaje al que todos creían muerto. Eso le da a Alexander un nuevo motivo para seguir adelante, el poder reunirse con su mujer llevando a esta persona consigo. Pero, una vez más, el destino no es eso lo que quiere, y vemos a Alexander que toca fondo. Está desanimado y lo único que quiere es que todo acabe ya. Que acabe la guerra, que alguien le mate... lo que sea, pero quiere que todo acabe. Por eso, cuando al fin la guerra acaba, él cree que ya está, que el bando americano le ayudará... pero no es así. Sin embargo, ese paso pequeño que da llega hasta los oídos de Tatiana, y es la prueba definitiva que ella necesitaba de que su marido no está muerto, de modo que iniciará los trámites para volver a Europa, como enfermera de la Cruz Roja, y salvar a su marido. A Tatiana no hay nada ni nadie que la detenga. Si tiene que examinar todas las cárceles y todos los campos de concentración uno a uno, lo hará. Pero no va a volverse sin Alexander.
El reencuentro, para mi gusto, llega un poco tarde. No es que todo lo que sucede antes sea aburrido, para nada. Pero ha habido tanto sufrimiento, tanto dolor.... Alexander estaba ya dispuesto a dejarse morir; ya no tenía nada que le empujase hacia delante. Había tocado fondo y ya no podía ir hacia arriba, solamente hundirse más y más en el pozo de dolor y desesperación en donde estaba. Pero Tatiana es muy valiente y muy arrojada, con lo cual no habrá autoridad que la detenga. Si tiene que poner patas arriba Consulados, Embajadas, Tratados internacionales, lo hará. Pobre de aquel que se cruce en su camino e intente detenerla.
La historia de Tatiana y Alexander es una historia preciosa que va a quedarse conmigo muchos, muchos años. Aunque cogiera mi pobre y tierno corazoncito, lo espachurrara y lo hiciera puré. Aunque se me hayan saltado las lágrimas varias veces mientras la leía. Volvería a leerla, volvería a sufrir con ellos, volvería a esos escenarios del infame régimen comunista para volver a emocionarme con su valor, su entrega, su coraje y su maravillosa historia de amor incondicional y entregado.
Y creo que esta canción define muy bien a los personajes y muchas situaciones del libro. Me vino a la cabeza muchas veces mientras leía el libro.
Bellotómetro:
5/5 maravillosas e inconmesurables bellotas. Insuperable.
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía la saga pero me ha llamado bastante la atención, tiene una temática que creo que me podría gustar.
¡besos!
Tengo pendiente leer El jinete... leo maravillas de él
ResponderEliminarBesos
Hola!!
ResponderEliminarEsta segunda parte es de sufrir aún más!! el pequeño Anthony es para comértelo!
Te espera el desenlace, no dejes los pañuelos muy lejos ;)
Espero tu reseña :D
un beso
S
¡Hola! Me ha gustado tu blog y te he seguido, ¿te pasas por el mío?
ResponderEliminarNos leemos, kisses ^^
¡Hola! Pues no conocía este libro ni el anterior pero las portadas que nos has puesto son *-* y bueno, todo el tema de la URSS...A mi novio le encanta y me ha contagiado un poquito su entusiasmo. XD Me lo apunto a ver si lo encuentro en la biblioteca. Eso sí, espero que me guste tanto como a ti <3
ResponderEliminar¡Besos!