viernes, 23 de febrero de 2018

El día que dejó de nevar en Alaska, de Alice Kellen

¡Hola, bellotitas! Traigo esta entrada con retraso porque, ¡buf! se me juntan los libros, se me junta la lectura con la escritura, ¡y es que quiero leer mucho y no tengo tanto tiempo! snif. Bueno, pero por lo pronto traigo el libro que me acabo de terminar:


Título: El día que dejó de nevar en Alaska
Autora: Alice Kellen
Editorial: Titania (Ediciones Urano)
Páginas: 348
Precio: 16€
Edición: Tapa blanda con solapas

Alice Kellen es una autora que... bueno, me gusta, pero no me apasiona. Y gran parte de culpa la tienen las tremendas y horrorosas faltas de gramática y ortografía que tienen sus libros. Sí, lo reconozco, soy muy tiquismiquis en ese aspecto, y pienso que la gramática y la ortografía también forman parte del oficio de escritor (Además, qué narices, eso nos lo han enseñado en el colegio a todos, no sé cuál será su excusa para no escribir bien, ni la de sus amigos y betas que leen sus obras antes que nadie para no avisarla). En fin. Que compré este libro con muchas reservas porque no sabía lo que me iba a encontrar en él. He leído los dos primeros volúmenes de la saga Volver a ti y aunque son monos, no me parecieron ninguna maravilla, además de que la autora fuerza lo que yo llamo "el mal rollo para provocar la ruptura" en los dos. También intenté leer Llévame a cualquier lugar y no pude con él, llegué como a la página 100 y lo dejé porque los protagonistas me parecían como vacíos, sin nada que destacar, y la historia no me interesaba demasiado, la verdad. De modo que... bueno, probé con este. Y sí. He encontrado faltas de ortografía y de gramática. Faltas que harían sonrojar a un profesor de primaria. Los que me seguís en Facebook habréis visto cómo iba poniendo fotos de lo que encontraba. Pero al margen de todo eso, me he encontrado la mejor novela de la autora.
Heather, la protagonista, es una chica que ante todo me ha resultado creíble. Tiene una baja autoestima de la que iremos descubriendo sus motivos poco a poco, como una cebolla, quitando sus capas.Oculta algo que la dejó profundamente marcada y también iremos poco a poco descubriendo de qué se trata. Necesita huir. Necesita escapar y encontrarse a sí misma. Y Alaska parece que será el sitio donde lo consiga. Nilak, el chico, también me ha parecido bastante creíble. Al igual que Heather, tiene un pasado que lo atormenta y que esconde tras una fachada de huraño. Y el tercer protagonista es un perro, un chucho adorable llamado Caos. ¿Pensáis que un perro no puede tener protagonismo en una historia? Caos lo tiene y me encanta. 


Respecto a los secundarios, hay varios, como la pareja formada por Seth y Sialuk, que darán su apoyo a Heather sin conocerla de nada, pero el que mejor me ha caído es John. Ese hombre tiene más chicha y más meollo en la historia de lo que parece, su parte me ha sorprendido mucho, y sí, me ha gustado también. y luego está la anciana Naaja, tan sabia como misteriosa (Me ha recordado una especie de chamán o de esas hechiceras que salen en las pelis de tribus, esas que todo lo saben). Todos tienen su papel y lo cumplen a la perfección. Además, la historia principal se entrelaza con unos diarios, que escribe Annie y cuenta su relación con su novio Kayden. En principio no sabemos quienes son, pero a medida que avanzamos, nos lo vamos figurando. 
Heather y Nilak son dos personas rotas. Ambos están en un agujero y no es que quieran salir de él, sino que esperan que su permanencia en sicho agujero sea lo menos desagradable posible. Pero se encuentran. Y se dan cuenta de que cada uno puede ayudar al otro a salir del agujero. Y les costará, pero lo conseguirán.
Por cierto que a Heather le encanta leer y a menudo le cuenta a Nilak de qué van los libros que lee. Pensé que todos eran inventados hasta que descubrí que una de ellas era mi novela favorita, El jinete de bronce. No lo dice claramente, pero una novela protagonizada por un joven llamado Alexander y situada en el Leningrado de la Segunda Guerra Mundial solo puede ser esa. Leer eso me ha hecho fangirlear y maravillarme un montón. 
Es una novela muy bonita. El amor se cuece a fuego lento y todos los personajes y situaciones me han parecido muy creíbles. Y la autora no fuerza que rompan para luego reconciliarse, como hace en otras novelas suyas (Por lo que me han contado, es lo habitual en ella).
Y un gran pero. No me creo que Heather sea una típica chica estadounidense. Ni me lo creo de ella ni me lo creo de otras protas suyas. Usan expresiones muy españolas, tienen costumbres totalmente de aquí y consumen productos que... en fin. Lacasitos. Heather se toma un café con topping de lacasitos. Un producto 100% español (Lacasa, marca española de turrones y dulces, tiene sus lacasitos). Podría haber puesto smarties o simplemente perlas de colores, pero al poner lacasitos me sacó totalmente de contexto, como cuando usa esas expresiones tan, pero tan castizas. ¿Qué será lo próximo? ¿Conguitos? ¿Nocilla? ¿Cola-cao? Es una pena, porque la ambientación en Alaska está muy bien, la nieve, el frío, los paisajes, las ciudades... estás tan metida en el libro y de repente te meten una expresión puramente española o te sacan los lacasitos y todo el esfuerzo de ambientación se disipa de un plumazo.

Me hubiera gustado darle 5 bellotas porque la historia y los protagonistas lo merecen. Pero las faltas de gramática y ortografía son algo que no perdono, y detalles poco cuidados en el habla o en lo que consumen hacen que pierda gran parte de la magia que había conseguido.

Bellotómetro: 

4/5 bellotas. Muy bonito pero tiene fallos para mi gusto bastante importantes.

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