Título: Night School. Tras los muros de Cimmeria
Autora: C. J. Daugherty
Editorial: Alfaguara
Páginas: 507
Precio: 16,95 (normal) o 9.95 (bolsillo)
Edición: Tapa blanda con solapas (En bolsillo, sin solapas)
Nuestra protagonista es Allie, una adolescente que, tras la desaparición de su hermano, ha cambiado radicalmente, llegando a ser poco menos que una delincuente juvenil. Ha sido expulsada ya de varios institutos, por vandalismo y/o gamberradas. ¿La decisión que toman sus padres? Meterla en un internado. Ella, por supuesto, no lo aceptará, pero no le quedará otro remedio. Y así Allie entra en Cimmeria, una escuela muy british, de esas que tan populares son por las tierras británicas. Con su habitación, su uniforme, sala común, horarios para todo, estrictos profesores, prefectos, toque de queda... lo que os decía, muy british.
Durante los primeros capítulos no pasa gran cosa. Es básicamente el proceso de adaptación de nuestra prota, y la presentación de lo que va a ser ahora su mundo. La escuela, los profes, los compañeros. Tenemos a la típica bicho con la que se llevará fatal, la que se convertirá en su mejor amiga, el encantadorrrr que hará que su corazón pegue saltitos, el rarito... lo típico. Un poco de todo. Pero una vez la autora nos ha puesto en situación, ya comienza el meollo. Cimmeria no es una escuela corriente. Empiezan a suceder cosas raras, y según van pasando los capítulos Allie se va involucrando más en los extraños sucesos. Que no son pocos. Empezando por ella misma. Se supone que todos los alumnos, o están ahí por herencia (es decir, porque sus padres, abuelos, bisabuelos...) ya estuvieron, o bien porque son hijos de gente importante. Y si Allie no es ni lo uno ni lo otro, ¿qué hace allí? Y, ¿Qué rayos es esa night school que todos saben que existe pero de la que nadie puede hablar? ¿Qué está pasando que actúa todo el mundo con tanto misterio y tanto secretismo?
Cuando vi este libro por primera vez pensé lo que muchos: Otra historieta de vampiros, hombres lobito y demás bichos sobrenaturales. En la escuela para variar. Y no me llamó en absoluto. Sin embargo, un día, aburriendome por internet, di con una reseña y no hablaba para nada de esos seres. Me intrigó y busqué alguna más. Todas ponían muy bien el libro y no hablaban de bichejos. Un día le pregunté a una chica que se lo había leído y me lo confirmó: No hay nada de eso. Ni brujas, ni vampiros, ni lobitos, ni nada de nada. Las reseñas lo ponían muy bien y si no tiene ningún ser de estos que están de moda... pues nada, finalmente cayó hace unos meses. Aproveché los últimos códigos mentos que me quedaban y lo pille con un buen descuentazo (Más de la mitad). Estuvo en la estantería esperando su turno, pero como leí que el 2 ya estaba al caer, pues lo cogí y me lo devoré. Está muy muy bien. Ya era hora de leer un libro sin demonios, sin magia, sin fantasía. No es que tenga nada en contra de esas cosas, pero tras leer este libro comprendí que estaba un poco saturada de tantas cosas fantásticas, y yo creo que mi subconsciente agradeció un descansito e hizo que lo disfrutara aún más. Además los libros de internados ingleses me encantan, para qué negarlo.
A estas alturas puede que alguno me pregunte, ¿pero de qué rayos va ese tocho de 500 páginas? Si no tiene magia, ¿son solo cosas normales en un internado inglés? Pues sí y no. No hay magia ni cosas fuera de lo común. Pero Cimmeria no es un internado normal donde los alumnos aprenden y se divierten. Tampoco es una historieta de triangulos amorosos en instituto. Es, basicamente, de intriga y misterio. Porque algo pasa, ¿el qué? No lo sabemos. Tras la presentación de personajes proncipales, la autora nos va poniendo en situación poquito a poco. Nos va dejando caer pequeñas gotas de lo que está pasando y así consigue mantenernos atrapados y queriendo saber más. Poquito a poquito vamos siguiendo a Allie y sufrimos con ella. Aunque no es solo misterio: También tenemos triángulo amoroso de por medio. Y a partir del baile de verano iremos de sorpresa en sorpresa, casa página nos desvelará algo que no esperabamos. Pero siempre poquito a poco: A la autora no le gusta soltarnos mucha información de golpe y porrazo, prefiere que la vayamos asimilando despacito. Cosa que a mí particularmente me gusta más.
La protagonista es un buen personaje. No es la típica niña tonta (¿He dicho ya que es una gamberra delincuente?), pero tampoco es una choni sin educación. Sabe estar y se sabe comportar. No es una niña bien, ni una pija. Es una adolescente un poco bruta, pero tras esa fachada se esconde una chica con grandes problemas respiratorios. Tiende a ahogarse con facilidad, y para evitarlo se pasa gran parte del libro contando. Escalones, pasos, respiraciones, lo que sea para mantener la calma y no ahogarse. Y en cuanto a los compañeros, ¿qué decir? Nos daremos cuenta de que, al igual que ella, confiamos a veces en las personas equivocadas. ¿A quien no le ha pasado alguna vez? Eso me ha gustado, es muy realista. No puedo decir más cosas de los compañeros sin soltar spoilers. Pero merece la pena, están bien construidos. Muy típicos y tópicos algunos, pero están bien. No son tan estereotipados como, por ejemplo, en Harry Potter.
¡Y estas son las portadas de la esperada segunda parte! Sale el 24 de abril (Un día después del día del libro, grrr, para no poder gozar del descuento). En España, como supondréis, han usado la de la izquierda, que casa con la de la primera parte. Personalmente me gustaba más la de la derecha pero prima mi deseo de tenerlas todas bonitas y que casen.
El 11 de abril saldrá una edición en bolsillo a 9,95 euros. Ya no tenéis excusa, está baratita y así tendréis entre manos una historia cuyo adjetivo para definirla es diferente. Sin vampiros, sin fantasía, sin magia, pero con misterio, romance e intriga. Todo ello en un imponente edificio gótico que, como su propio título indica, también es protagonista.
Valoración general: 8,5/10 (Muy bueno)
Nos vemos en la próxima reseña: Ex Libris
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