miércoles, 31 de octubre de 2018

La distancia entre tú y yo, de Kasie West

¡Hola, bellotitas! ¿Qué tal? A pesar de que ya estemos con el otoño bien entrado, el libro que traigo hoy fue una de mis últimas lecturas de verano. llevaba como año y medio o dos años en mi estantería hasta que por fin me decidí a leerlo... :p


¿Por qué quise leer este libro? Fue una época en la que me interesaban este tipo de lecturas de romance juvenil. Por aquel entonces, Neo publicaba lecturas de este género que me gustaban mucho: los de Stephanie Perkins o Amy y Roger son buenos ejemplos, así que, cuando dijeron que gustaría a los fans de los ya mencionados, tras leer la sinopsis y decidir que podría gustarme, lo metí en mi wishlist. He tardado mucho en leerlo... como dos años desde que se publicó... En mi defensa diré que tengo muchos pendientes y que no era un envío editorial, así que no tuvo prioridad...


Reseña: Nos cuenta la historia de amor de Caymen y Xander. Ella vive con su madre en el ático de una tienda de muñecas. Su padre era un rico con el que su madre tuvo una aventura, pero que huyó tras saber de su embarazo. Sus padres la repudiaron cuando se enteraron. Solo se tienen la una a la otra. De ahí que la madre no quiera tener relación con un rico, ni quiere que Caymen la tenga. Pero claro, un día se cruza Xander en su camino. Es hijo de ricos, por supuesto, y pronto Caymen y él empiezan a sentir algo. Ella intenta negar sus sentimientos, pero él cada vez está más dentro de su vida. 

Pues sí, es la típica historia de la diferencia de clases, vista hasta la saciedad y de mil maneras. Sin embargo, esta me ha gustado. Como suele decirse, ya que todas las historias están contadas, el secreto es contar una de manera que nadie la haya contado. Y La distancia entre tú y yo lo consigue. La narración es muy amena y divertida, a pesar de que la historia era de lo más tópica, no me aburría y quería saber qué pasaba a continuación. 

Podría decirse que sigue el planteamiento más clásico de todos: presentación-nudo-desenlace y que esas tres partes están muy bien definidas y presentadas. Quiero centrarme en la parte central, es decir, el nudo: podría parecer que no pasa nada, o que es puro relleno, pero son las partes más divertidas, ya que se están conociendo. Él intenta convencerla a ella para que estudie y se decida por una carrera, y ella va presentándole oficios "de los pobres". Mención especial cuando ella lo lleva al cementerio y se ponen a excavar tumbas. Impagable. 


Respecto a los protagonistas, con él, Xander, me ha sucedido lo que con otros chicos sweet de las novelas juveniles: me ha encantado. Sin embargo, ella me ha sacado de quicio en más de una ocasión, y no por cosas que haga, sino porque es sarcástica. Esto en sí no sería un defecto, pero es que Caymen se pasa. Mucho. Demasiado. Intenta tener un chiste preparado en todo momento, incluso cuando no es el momento o no toca, lo que provoca una salida de tono, que suele ser impertinencia y a mí me ha acabado pareciendo incluso maleducada. Es consciente de que es así, pero no hace ningún esfuerzo por intentar corregirlo, incluso a pesar de que su madre se lo pida, por el bien del negocio que llevan, ya que es su forma de vida, pero ella pasa. No me ha caído bien precisamente por esto. En cuanto a los secundarios, tenemos a los amigos de ella, que ayudan lo justo, lo que se necesita, y la madre, que tiene un peso que va siendo mayor a medida que pasan los capítulos. 

En cuanto al final, hay un giro que me ha parecido pelín forzado y que hace que este libro sea un "Cenicienta" más: para que sean felices, las clases sociales deben igualarse, pero siempre el de clase baja subirá a la alta, nunca al revés. 

Bellotómetro:

3/5 bellotas. Bonito, para pasar el rato.

miércoles, 24 de octubre de 2018

El profesor de francés, de Laura Kinsale

¡Hola, bellotitas! Siguiendo con mis lecturas de romántica histórica, traigo un libro más de esta autora:


¿Por qué quise leer este libro? Porque, tras leer Flores en la tormenta y parecerme precioso, quise más de esta autora. Fui de cabeza a Iberlibro y me llevé varios. Este es el cuarto libro que leo de esta autora, y aún tengo varios más esperándome en la estantería.

Reseña: El profesor de francés nos cuenta la historia de Callie y Trevelyan. Amigos y cómplices de aventuras, hasta que el padre de ella los encuentra en actitud más que comprometida (y sí que era lo que parecía) y se ocupa de que no vuelvan a verse, así como de que ese escándalo no trascienda. 9 años después, y con su padre ya fallecido, Callie se ha convertido en una solterona de 27 años (en aquella época estar soltera a esa edad implicaba eso) que se ha comprometido tres veces y en todas las ocasiones el pretendiente la ha abandonado. En estas que Trevelyan regresa. El joven tiene a sus espaldas varios asuntos turbios, muchas cosas que resolver, pero no contaba con reencontrarse con ella.

Este libro, si fuera una película, sería una comedia de enredos con la que no pararías de desternillarte de risa. Callie y Trevelyan son una pareja que se conoce perfectamente... y que no para de meterse en líos. El más gracioso, y que ocupa varios capítulos del libro, tiene que ver con un toro que pertenecía a Callie pero que su hermano se juega en una apuesta... y pierde. La chica está tan dolida por separarse de él, que Trevelyan se propone devolvérselo. Manda a un esbirro suyo a comprarlo y el esbirro acaba robándolo. Para que no le acusen de ladrón de ganado, no se le ocurre otra cosa que pintar al toro para disimular, y la que viene después de Callie y Trevelyan intentando esconder al toro tras una sábana fingiendo que la están sacudiendo, para no llamar la atención, parece sacada de una comedia hilarante. Callie participando en los trapicheos de Trevelyan y enterándose de más trapos sucios de los que desearía enterarse, para partirse de risa.


Por supuesto, también tiene su parte romántica. Como no podía ser de otra manera, ella cree que él está ya casado y él cree que ella no le ama y se va a casar con otro. Ambos se quieren mucho, pero ella es tan cabezota que no da su brazo a torcer. A medida que pasan las páginas vemos que Trevelyan en realidad es un amor, pero que tiene una facilidad innata para meterse en líos y no saber resolverlos. Callie es una mujer con carácter; está más que decidida a pasar el resto de su vida soltera, cuidando de sus animalitos como una granjera, sin importar lo que piense la gente. Pero claro, tuvo que venir Trevelyan y poner su vida patas arriba...

Laura Kinsale me ha enamorado una vez más. Este libro no me ha gustado tanto como Flores en la tormenta, pero ha hecho que me riera en voz alta más de una vez. Si Flores en la tormenta era un drama romántico, El profesor de francés es una comedia romántica, muy ligera y sin complicaciones. Si buscáis una novela romántica de época pero no os apetece llorar sino todo lo contrario, este es vuestro libro. Líos, enredos y malentendidos en cada página. 


La ambientación es genial. Una vez más, Laura Kinsale consigue que me transporte hasta donde ella quiere, y en este libro destaco los capítulos de la feria de ganado. Gallinas, ovejas, vacas, toros... realmente parecía que te ibas a tropezar con uno y casi que podías oler los animales.

Y, aparte de destacar a Callie y Trevelyan, me quedo con la madre de este, una señora que desde el principio te dicen que se está muriendo... ¡pero qué va! Esa señora tiene más vida y más cosas que hacer que todo el resto de personajes juntos. Lo que se descubre de ella, de ciertas cosas que hizo, en las páginas finales no me lo esperaba para nada.

Bellotómetro: 

4/5 bellotas. Muy divertido y muy bien ambientado.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Como el hielo, de Jennifer L. Armentrout

¡Hola, bellotitas! ¿Cómo estáis? Hoy traigo otra de mis lecturas de agosto. Entre este libro y el de la anterior reseña hubo dos libros que abandoné porque no me gustaban XD pero no los voy a reseñar, claro está, aunque a final de año haré un recuento de los libros que no pude terminar, por si tenéis curiosidad :p


¿Por qué quise leer este libro? Como os conté arriba, acababa de abandonar dos libros -que me costaron un dinero, ojo- porque no me gustaban. Estaba bastante desilusionada y quería leer algo que me llenara, así que probé con el último libro de esta autora en castellano. Debo decir que con Jennifer Armentrout mantengo una relación de amor-odio, porque sus obras tanto me gustan como que las abandono. La saga Lux me gustó muchísimo, sin embargo leí el primero de Covenant y no quise saber más. La saga Wicked (Cazadora de hadas, en su edición española) me encanta y estoy deseando saber cómo acaba, pero El beso del infierno me pareció aburrida, hasta el punto que ni llegué a terminar el primero. También escribe novelas para un público algo más adulto, firmadas con el seudónimo J. Lynn, de las cuales solamente una ha sido publicada en español: Te esperaré. Me gustó mucho y por eso decidí probar con esta, cuyo título original es Frigid y aquí han decidido suavizarlo para que no sonara tan mal: Como el hielo.


Reseña: Sydney y Kyler son amigos de la infancia. Están secretamente enamorados el uno del otro, y mientras que él intenta sobrellevarlo siendo un picaflor, ella solo ha tenido una relación de la cual el chaval dijo a los cuatro vientos que ella era una frígida, "fría como el hielo". Pues en una excursión que planean en grupo, para esquiar, junto a unos amigos en común, Sydney y Kyler son los primeros en llegar a la casa para ponerla a punto. Sin embargo, una gran ventisca se aproxima y hace que corten carreteras y comunicaciones, de modo que los amigos no puedan llegar y Sydney y Kyler se queden solos en la casa mientras esperan a que pase el temporal. Todo va más o menos bien entre los dos, hasta que empiezan a descubrir indicios... huellas, un casi-atropello, un disparo a la ventana, corte de cables eléctricos: no están solos, alguien les acecha y no con buenas intenciones.

Es un libro corto, muy corto, ni 300 páginas tiene. Se lee en un suspiro. Eso, y la pluma de Jennifer, que tiene ese no-sé-qué que hace que no puedas parar de leer, es lo mejor del libro. Porque la historia en sí... es cliché tras cliché. La historia de dos amigos que se quieren y no se atreven a confesarse está muy, muy vista. Pero mucho. Ni qué decir tiene que el dejarlos encerrados e incomunicados para que por fin suceda algo entre ellos es un recurso que tampoco es precisamente novedoso. Y bueno, toda la trama de que no estaban solos, de que había alguien más ahí, me sonó todo a película de sobremesa, de estas malas de Antena 3. Era muy previsible ese asunto y desde el principio me imaginé quién podía ser y por qué. Por supuesto, acerté. 

Los personajes so es que estén especialmente trabajados, aunque para un libro de esa extensión, tampoco es que haga mucha falta. Kyler es el típico chaval al que le gusta ir de flor en flor por divertirse, pero en el fondo es un buenazo sobreprotector, y Sydney es... es que ni siquiera sé cómo definirma, dejemoslo en "protagonista estandar" porque el que le guste tanto Kyler desde niña es lo que ocupa la mayoría de sus pensamientos. No destaca por ser tonta (menos mal), pero tampoco por ser especialmente lista. Una buena chica, muy corriente, y punto. 

Si tuviese que dar algún calificativo al libro, sería el de "entretenido", porque no tiene mucho más. Entretiene, y ya está. Por fortuna, no están todo el tiempo mareando la perdiz con "su secreto", pero a partir de ahí hay varias escenas de sexo, y supongo que si se quitaran o redujeran el resultado sería un libro aún más fino, así que no diré nada al respecto. Solo que... quizás este libro, metiéndole alguna subtrama, hubiera quedado mejor, porque me deja la impresión como de que le falta algo. Es Jennifer, y escribe muy bien, el que no lo abandonara como hice con los últimos ya dice mucho, pero no está a la altura de Te esperaré, ni de sus otras obras. Si quieres un libro cortito y que simplemente te haga pasar el rato, te gustará. Si buscas personajes trabajados y una historia que te quite el sueño, este no es tu libro. 


Bellotómetro: 

2/5 bellotas. Entretenido, sin más. 

miércoles, 10 de octubre de 2018

La chica que dejaste atrás, de Jojo Moyes

¡Hola, bellotitas! Este año el otoño ha venido tardío, porque yo estuve pasando calor cuando ya el calendario marcaba octubre! Bueno, traigo otra de mis lecturas de este verano, una de las (pocas) que me gustaron:


¿Por qué quise leer este libro? Principalmente porque Antes de ti, la primera novela que leí de esta autora, me gustó mucho. Pero luego leí Después de ti... y madre mía, qué decepción de libro. Así que, aprovechando que esta primavera sacaron esta edición tan cuqui, con tapa flexible, y que estaba tiradísima de precio, pues lo compré. ¡Y qué bien que hice!

Reseña: Este libro nos cuenta dos historias que suceden con casi 100 años de diferencia:  la primera nos sitúa en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, en un pueblecito al norte de Francia. Allí conocemos a Sophie. Su marido es pintor y se ha ido a luchar al frente. Ella se ha quedado junto con su hermana mayor, los hijos de esta, ambos pequeños, y su hermano menor al frente del negocio familiar, un pequeño hotelito. Como no podía ser de otra manera, los alemanes lo han tomado y saqueado, y ahora se ve obligada a cocinar para ellos a cambio de unas pocas migajas. En el vestíbulo tiene un cuadro que pintó su marido, que representa un retrato de la propia Sophie, llamado La chica que dejaste atrás. Uno de los comandantes alemanes ve el cuadro y empieza a obsesionarse con él. Y la segunda historia sucede en el presente, donde Liv, una joven viuda, trata de soportar el dolor por la prematura pérdida de su marido y que su memoria permanezca intacta. Por eso conserva la casa que él construyó (era arquitecto) a pesar de que las deudas la ahogan cada vez más y se niega a desprenderse de uno solo de sus recuerdos. Le tiene especial cariño a un cuadro que compraron en su viaje de novios, en Barcelona, a un precio muy bajo. Ese cuadro es el nexo que unirá ambas historias.



Las dos historias van narrándose alternando unos capítulos de una con unos de la otra. Así, vemos la dura vida de Sophie y sus esfuerzos para que su familia pueda tener algo que comer, vemos a los habitantes del pueblo, que tan pronto le dan la mano como le niegan cualquier ayuda. Vemos su amistad con el comandante alemán, admirador del arte en general, del de su marido en particular y del cuadro de Sophie en concreto. Y por otro lado tenemos a Liv, capeando como puede la soledad. Quiere honrar la memoria de su marido y por eso hace lo que ella cree que él hubiera querido. Se niega a desprenderse de la casa que este construyó para ambos, a pesar de que no puede mantenerla. Pero al mismo tiempo, está abierta al amor, a encontrar pareja de nuevo. Y así conoce a Paul, un ex-policía, que trabaja como investigador privado recuperando objetos perdidos durante la gran Guerra. Y resulta que una noche Liv invita a Paul a su casa y allí está. El cuadro. La chica que dejaste atrás. Los herederos de Sophie, concretamente los nietos del hermano de Sophie, llevan muchos años buscándolo y reclamándolo como suyo. El pintor, el que fue el marido de Sophie, ha adquirido mucha fama y ahora ese cuadro vale millones. Pero, por supuesto, Liv no está dispuesta a entregárselo. Es un recuerdo de su marido, de su viaje de novios, de la época en la que ella era feliz. Y Paul debe reclamarlo legalmente, porque todas las pinturas que fueron expoliadas por los nazis deben, por ley, volver con las familias de los legítimos propietarios. Es decir, que aunque Liv comprara ese cuadro donde fuera, se considera que el cuadro fue robado por los nazis y por tanto debe regresar a la familia de la que procede. 


Y aquí empieza la batalla. Liv está endeudada hasta las cejas y esto ha sido el golpe definitivo. Pero ella no va a dejarse vencer. Su marido hubiera querido que luchara, y aun sabiendo que tiene todas las de perder, decide ir a juicio. Su única salida es demostrar que el cuadro no fue robado por los nazis. ¿Pero cómo demostrar eso, un siglo después de lo ocurrido? Evidentemente, Paul ha buscado ese cuadro durante mucho tiempo, es un experto y sabe dónde y cómo buscar. ¿Qué va a hacer ella, que no tiene mucha idea, contra un gabinete de expertos?
Y mientras tanto, seguimos con la historia de Sophie. Cuando las cosas parecía que no le podían ir peor, le llegan noticias de que su marido está muy enfermo y probablemente moribundo. La pobre chica no puede más y toma una decisión muy drástica... que no tendrá vuelta atrás. Y en el presente, Sophie sigue gastando un dineral en abogados, en detectives, en viajes para esclarecer los hechos... Está en la ruina, pero necesita ganar ese juicio como sea. Paul tampoco está dispuesto a ceder, está en juego su honor y su reputación, y más cuando el caso trasciende y empieza a salir en la tv y en la prensa. Todo el mundo los reconoce por la calle y la situación empieza a volverse insostenible. 


No soy experta ni en la Primera ni en la Segunda Guerra Mundial, pero la ambientación me ha parecido la adecuada. Realmente me he sentido trasportada a aquella época y he sentido la tensión en el pueblo ocupado, el coraje de Sophie, he maldecido mil veces a los vecinos. En ese sentido, me ha conquistado.
Y el mensaje que da el libro me ha parecido muy bueno. Del mismo modo que el mensaje de Antes de ti era que no debemos interferir en decisiones que no son nuestras ni nos corresponden, en La chica que dejaste atrás el mensaje es que no debemos aferrarnos a las cosas materiales, porque de nada nos sirven sin las personas a las que queremos. Podría darle vueltas a la frase y explicarla... pero creo que es mejor dejarla así. Es una lección que la vida y las circunstancias enseñan tanto a Sophie como a Liv. 
Y el final. ¡Qué final! Me ha encantado. Cómo, poquito a poco, vemos lo que pasó con Sophie, con su marido, con el cuadro... cómo llegó a ese pisito en Barcelona... y la resolución del juicio. Ya antes de que el juez dijera lo que finalmente dijo, Liv se había dado cuenta de qué era lo que ella en verdad quería, y eso es lo importante. Lo que no quita que el final me pareciera precioso y perfecto en ambos sentidos, tanto para Sophie como para Liv. Creí que iba a acabar fatal. Intuía toda una desgracia, tanto en la historia del pasado como en la del presente... y poco a poco el ver que me equivocaba me hacía muy feliz. Sin duda, seguiré confiando en Jojo Moyes.

Bellotómetro:

5/5 bellotas. Un libro que atrapa, y con un precioso mensaje. 

sábado, 6 de octubre de 2018

Recuento: Los libros que leí en septiembre

¡Hola, bellotitas! Pues me he decidido a hacer algo que he visto por muchos sitios, que es un recuento mensual. Para ello voy a usar las fotos que pongo en Instagram (¿No me sigues aún? ¿A qué esperas? Tienes el botón a mi cuenta en el lateral derecho). 

Os presento el recuento de los libros que he leído en septiembre:

La distancia entre tú y yo llevaba dos años en mi estantería 😅 pero lo fui posponiendo y... bueno, lo importante es que lo he leído, ¿no? La reseña la podréis ver próximamente en el blog (3/5 bellotas).

El fuego que nos une es el que me faltaba por leer de la saga los elementos y me gustó bastante poco... Es la historia de un yonki, a grandes rasgos. Acabé un poco hasta las narices de él y de su manera de ser. Lo mismo de antes: reseña dentro de poco (2/5 bellotas).

Everless. Ay, este sí que me gustó. Todo: la narrativa, el mundo que nos presenta, el final... en la reseña lo contaré con detalles, pero es que me gustó tanto que no puedo dejar de recomendarlo (5/5 bellotas). 

La frágil belleza del cristal ha sido una maravillosa lectura, una historia de amor y valor en la Segunda Guerra Mundial. Reseña aquí (5/5 bellotas). 

miércoles, 3 de octubre de 2018

El aire que respira, de Brittainy C. Cherry

¡Hola, bellotitas! Hoy vengo con un libro que cogí con muchas ganas y con el que me llevé... otro chasco más. Ahí va:



¿Por qué quise leer este libro? Porque he leído otros dos libros de esta autora, concretamente el tercero y cuarto de esta serie (por fortuna, no hay que leerlos en orden) y me encantaron. De este todo el mundo dice que es el mejor, junto con el tercero. Estaba convencidísima de que me iba a encantar. 

Reseña: El libro nos cuenta la historia de un hombre que perdió a su mujer y su hijo, y de una mujer que perdió a su marido en un accidente de tráfico. Ambos llevan mucho dolor encima, no lo han superado. Él se encierra en sí mismo, mientras que ella aún tiene a su hija, Emma, una niña adorable, que es su motivo para vivir. Ambos se van a conocer en el mismo pueblo y en un principio no se van a caer bien, sobre todo por que él se ha vuelto bastante huraño y antisocial. 


Como en todas las obras de Brittainy Cherry, o al menos las de esta serie, nos presenta a dos personas rotas para darnos al final un mensaje de esperanza, de que se puede salir del agujero, que hay luz al final del túnel, pero antes de llegar a esa conclusión deberán sufrir (y hacer sufrir al lector) un rato. 
Tristan y Elizabeth, que así se llaman ellos, descubrirán que pueden canalizar su dolor estando juntos y fingiendo que el otro es la persona a la que perdieron. Comienzan así una relación basada única y exclusivamente en el sexo, que les sirve de liberación, que les permite "respirar", ya que el dolor se lo impide. Poco a poco irán sintiendo algo el uno por el otro, pero les costará admitirlo, sobre todo a él. 
Por otro lado, tenemos a un personaje muy importante en este libro, que es el ex de Elizabeth. Al principio parecerá un personaje más pero en el último cuarto del libro (aproximadamente) cobrará protagonismo y le dará un final bastante peliculero, pero no de los buenos sino de esas películas de sobremesa de antena 3. Intentó meterle un toque de thriller... y para mi gusto le quedó bastante chapucero. 
Se nota que es el primer libro de esta serie. Brittainy mejoraría con la práctica (Mi favorito sigue siendo el tercero). Aun así, se nota que ya empezaba a asomar esa escritora capaz de emocionarnos tanto. 


El libro no me ha gustado como los otros básicamente por un motivo, y es que no me he creído esa especie de "desahogo" que tiene la pareja para olvidar el dolor. No me creo que utilizando al otro -siendo ambos conscientes en todo momento de que están siendo utilizados- consigan sentirse bien. Me ha parecido surrealista e irreal, y por un momento pensé que si todo el libro iba a ser así, que vaya chasco. Me veía venir algo muy predecible, pero al meterle ese pequeño thriller -insisto, chapucero y propio de película mala- le dio un poco de vidilla al asunto y no se cumplió el tan temido cliché que me veía venir. 
De todos modos, es un libro que va de menos a más. En cuanto dejan de acostarse juntos y empiezan a sentir algo, la cosa se anima. 
Emma es una niña adorable. He disfrutado todos y cada uno de los momentos en los que sale. De Elizabeth también puedo decir que me ha gustado como personaje, pero de Tristan... tiene sus momentos. A veces es majo, pero cuando le conocemos al principio, tan borde, tan "que-me-dejes-en-paz-joder" debo reconocer que no se ganó mi afecto. Lo dejo en un "correcto", pero me hubiese gustado que fuera uno de esos hombres que enamoran. 

Bellotómetro:

3/5 bellotas. Entretenido, pero no es el mejor de la autora. Situaciones poco lógicas.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...