Como ya comenté anteriormente, Rubí me gustó mucho, y el final te deja en un estado de ¿¿¿QUEEEE??? así que rápido encargué el siguiente. Y ya puestos, también pedí Esmeralda, el tercero de la saga, pues, como bien supuse, querría leérmelo nada más acabar el segundo. El caso es que anoche acabé con Zafiro, y dejo aquí mi reseña.
Título: Zafiro
Autora: Kerstin Gier
Editorial: Montena
Precio: 17,95 (Tapa dura) o 14,95 (Tapa blanda)
A la izquierda, la portada española de tapa dura que no tiene nada que ver con la de Rubí. A la derecha, la portada española que sí que casa con Rubí, pero que nunca llegó a ver la luz.
En Rubí, conocimos a Gwen, nuestra simpática protagonista, y a Gideon, el guaperas, odiable y encantador a partes iguales. Y toda la historieta de los viajes en el tiempo, la profecía, el cronógrafo, etc. Bueno, pues este empieza en el mismo punto en el que se quedó su predecesor. Es decir, en el confesionario, y quien lo haya leído sabe de lo que hablo. Como cualquier chica que anda tontita por su primer amor, Gwen va en una nube de algodón dulce. Pero Gideon tan pronto es super amable como super odioso, lo que hace que Gwen en todo momento esté confusa y no sepa de qué va.
Mientras, estamos preparando a nuestra chica para una soireé de hace unos 300 años. Debe aprender a bailar el minué, a mover el abanico, qué decir y qué no decir, y para todo ello le han puesto dos profesores detestables. Uno de ellos no puede tener un concepto más bajo de ella y parece que se divierte haciendola quedar como lo peor, y la otra es Charlotte, odiosa, odiada y odiable a tiempo completo. En tanto que pasan los días, Gwen debe ir a elapsar, en uno de estos viajes encuentra a un (su) jovencísimo abuelo, con quien tendrá varias agradables charlas y quien se convierte en su cómplice.
A la izquierda, portada española de tapa blanda que casa perfectamente con la edición del mismo tipo de Rubí. A la derecha, portada de la edición original alemana.
Lo mejor de la novela, para mi gusto, es cuando llega la hora de la soireé. Gwen está muy perdida, no sabe qué hacer, ni donde ir, ni con quien hablar, no sabe si estarse quieta o no, no sabe nada. Para colmo, Gideon se pone a ¿ligar? con una viuda, dejando a Gwen sola ante toda esa gente. Y no es que la ponga en peligro, que hubiera sido lo típico y predecible. Para nada. Este libro es muy original, y lo que le ocurre a Gwen es que se deja llevar por un par de damas que pululaban por allí, quienes le animan a tomar un poquito de ponche. Qué rico está, un poquito más, una copita, otra... total, que Gwen acaba como una cuba. En una situación así, lo típico es que se pusiera a cantarlo todo, quien es, de donde viene, y algunos secretos... pero no! Este libro repito, es muy original. Se pone a cantar, sí, en el sentido más literal de la palabra. En un principio quiere cantar Over the rainbow, del musical El mago de Oz. Hubiera sido una canción que en esa época quedaría la mar de bien. Después cambia de idea y cambia a Don't cry for me Argentina, del musical Evita (Que también hubiera quedado perfecta), pero no tarda en desechar la idea porque no está segura si en esa época saben lo que es Argentina. Así que finalmente se decide y canta Memory, del musical Cats, que, por supuesto, queda fenomenal. Opinión personal del asunto: Memory es la canción más bonita que jamás se ha escrito para una voz femenina y una de las más bellas de la historia de la música. Ante una canción tan preciosa no puedo sino poner el momento de Cats en donde Elaine Paige la borda:
Gwen está borrachisima y dice bastantes tonterías, por suerte ninguna comprometedora. Es la parte más divertida del libro, al igual que las del abuelo son las partes más entrañables. Después de la resaca, le toca viajar de nuevo al día anterior a la soireé, donde tendrá una charla con el Conde, que le hará abrir los ojos y darse cuenta de una gran verdad, o mejor dicho, de una gran mentira que tiene que ver con ella y con Gideon. Con la duda encima, lo que hace es lo correcto: Habla con Gideon y le pregunta qué hay de verdad. Y la respuesta de este le romperá el corazón.
Portada italiana (izquierda) y noruega (derecha)
Mientras tanto, Leslie sigue con sus investigaciones sobre el asunto de los viajes en el tiempo, y esta vez sus investigaciones dan sus frutos. Averiguan la localización de algo, pero el qué es y para qué sirve no lo sabremos hasta la tercera parte.
En esta entrega tenemos un par de personajes nuevos: Xemerius, una gárgola que solamente puede ser vista y oída por Gwen, igual que otros fantasmas que ya conocemos, y Raphael, hermano de Gideon.
Charlotte es aun más odiosa, si cabe, que en la primera entrega. Nos damos cuenta gracias a los dos personajes nuevos: Xemerius puede ir a donde quiera, de modo que vigila y espía. Así veremos como Charlotte se dedica a difamar a Gwen a sus espaldas, y a difundir rumores no precisamente buenos sobre ella. Una joya de chica, ¿verdad? A ver si en la tercera novela le dan por todas partes.
Gideon no me gusta. A veces se pone tierno, mono y encantador, pero la mayoría de veces se pone en plan serio que parece un inquisidor. O cuando parece que todo le da igual. Yo tampoco sabría qué pensar de él, pero le habría mandado a hacer puñetas.
Portadas de Estados Unidos
Al igual que en Rubí, tenemos un prólogo y un epílogo en el que los protagonistas son siempre la parejita de marras: Lucy y Paul. En este epílogo sucede algo que parece que va a tener bastante importancia en lo sucesivo. Poco a poco las piezas van encajando, pero aun así, faltan muchas piezas. Vemos la supuesta traición y algo que parece ser el verdadero yo de Gideon.
Puntuación...
5, al igual que su predecesora. Es algo más flojillo pero la soireé es simplemente genial.
¡En fin! que ya solo me queda el final. Esmeralda es un poco más grueso que los anteriores, tiene unas 100 páginas más. Imagino que a lo largo de esta semana me lo terminaré y haré la reseña.
Aunque las próximas reseñas serán de telenovelas... ¡no todo iban a ser libros!
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