Heima es hogar en islandés, de Laia Soler

Hola bellotitas! ¿Qué tal estáis con este tiempo que no sabemos si en pleno mayo nos está invadiendo febrero o puede que agosto? Por lo pronto, la reseña que traigo es de un libro sobre una tierra donde hace mucho, mucho frío:

Título: Heima es hogar en islandés

Autora: Laia Soler

Editorial: Plataforma Neo

Páginas: 354

Precio: 15,90€

Edición: Tapa blanda con solapas. Cosido. Papel de calidad media.

La reseña contiene algunos spoilers, pero están en blanco para evitar su lectura accidental.

Sinopsis oficial: 

¿Puede estar tu hogar a miles de kilómetros de casa?
Ver la vida en blanco y negro no es divertido.
Laura padece una extraña enfermedad que le impide apreciar los colores, pero si últimamente su vida es gris no es solo porque sufre acromatopsia. Acaba de romper con su novio y sus padres no dejan de pelearse tras el divorcio. Por eso, decide alejarse de todo y toma el primer avión que sale del aeropuerto.
El destino la lleva hasta Reikiavik, Islandia. Allí conoce al simpático Orri, quien le propone emprender un viaje para recorrer el país con él y su no tan simpático amigo Guðjon. Quizá no sea una idea sensata, pero no es que Islandia ofrezca muchas opciones a una chica que se ha escapado de casa.
Lo que Laura nunca podría sospechar es que los dos islandeses esconden un secreto imposible de creer, incluso para alguien como ella, y que ese viaje la cambiará para siempre.

Reseña: Después de leer Los días que nos separan, primera novela de Laia, y quedarme enamorada de su historia y de su escritura, impepinablemente tenía que leer esta segunda novela suya.
En ella nos presenta a Laura, una chica que padece acromatopsia, una extraña enfermedad que le hace ver todo en blanco y negro. Pero, al mismo tiempo, tiene una habilidad especial, y es que puede ver el aura de la gente, puede distinguir sus colores y así saber un poco acerca de su estado de ánimo. Laura me parecía una chica muy maja con la que se puede conectar. Tiene un novio, o más bien un ex, que menuda pieza que es. Con el tema del novio Laia toca el tema de los maltratos psicológicos, y muy bien tocado. Me ha gustado mucho ese detalle. Siguiendo con Laura, tiene a sus padres divorciados y no dejan de pelearse. Así que un buen día coge un avión y se planta en Islandia. Allí conoce al simpático y vacilón Orri, que le ofrece un viaje por carretera junto con su buen amigo Gudjon. En principio Laura no está muy segura, pero finalmente acepta. Y aquí es donde se ve que Islandia es una tierra que a la autora le encanta, porque es precioso, y se aprenden cosas del país, leyendas y cosas varias. Todo muy bonito. Como dije, Orri es muy simpático y dicharachero, te lo pasas muy bien con él, todo lo opuesto a Gudjon, que es cerrado, callado e incluso a veces algo borde. Se entienden entre ellos en inglés, cosa que me ha chocado muchísimo, porque tienen un nivelazo que lo flipas, nivel que solamente se conseguiría viviendo en tierras inglesas un tiempo. Y me extraña que Laura lo haya hecho, con solamente 19 años, y la enfermedad y los padres que tiene.
Todo es muy bonito y bucólico, un roadtrip precioso, hasta que resulta que no es un roadtrip al uso. De repente hay elementos mágicos. O místicos. O mitológicos. O llámalo como quieras, da igual el nombre, sabes a lo que me refiero. Y en ese momento el libro para mí pasó de ser un simpático roadtrip a ser una cosa rara. Un WTF. Y se me empezó a hacer cuesta arriba. Me aburría. Ya no era un roadtrip por Islandia y qué le pasará a Laura, cómo solucionará en caos que es su vida y en qué la ayudarán estos dos chicos. Ahora era un vamos a cazar magia, que en Islandia hay mucha, tenemos botecitos de cristal especial para guardarla. Yo ya no sabía qué pensar al respecto, era como si me hubieran cambiado la novela de repente. Luego se les une Audur, una chica que estuvo liada con Orri. O con Gudjon. No queda muy claro. Con uno de los dos. No queda claro no porque la autora no sepa, sino porque nadie dice la verdad. te quedas pensando... algo pasa. Y vaya si pasaba algo. De pura casualidad Laura se entera de algo más mágico, o más mitológico, y quiere saber más. Y volvemos a los secretitos y a los te-ocultamos-algo-y-se-nos-nota-que-lo-flipas. La verdad acabará por salir. No quiero fastidiarle la sorpresa a nadie, pero diré dos cosas: En cuanto se sabe la verdad, el libro vuelve a ser entretenido. Vuelve a engancharme. Y la verdad me ha parecido muy original, muy bonito el secretito, en serio, sin ironías. SPOILERS Y también un poco macabro. Eso de que uno de los dos estuviera muerto y fuera solamente un espíritu, y se pudiera ir alimentando de las estrellas que cazan... me parece comprensible que Orri quisiera arreglar las cosas con su hermano antes de irse definitivamente de este mundo, pero para Gudjon ha tenido que ser horrible. Imaginate lo que es perder a tu mejor amigo, con quien te has criado, enterrarle, ir a su funeral, llorarle, y luego tener que hacer un viaje por carretera con él sabiendo que al final de ese viaje lo vas a perder de nuevo y esta vez para siempre. Ha tenido que ser horrible para Gudjon. Quizás haya quien piense que ojalá volver a hablar con alguien que se ha ido fuera posible. Y sí. Pero no cuando acabas de enterrarle y la herida está tan abierta y tan reciente. FIN SPOILERS
Las últimas etapas del viaje son bastante emotivas. Me ha gustado la decisión que toma Laura, bueno, en realidad me han gustado todas sus decisiones, ya dije que es una chica con la que es fácil empatizar. El libro en sí me ha gustado. Pero me ha dejado algo de mal cuerpo. Apuf. Y tengo la sensación, no sé, como de que le falta algo. Es raro. No sé qué le falta, pero me queda ese regustillo.
Y debo añadir para terminar que está muy, pero que muy bien escrito. Laia escribe genial. Por el motivo que comento en los spoilers, no es un libro que vaya a releer, pero esperaré sin duda la próxima novela de Laia.

Bellotómetro:

3/5 bellotas. Bonito, pero podía haber estado mejor. 

¿Lo habéis leído? ¿Qué me contáis? ¡Un besito!